La popularidad de los bulldogs franceses exóticos ha crecido, impulsada por la demanda de colores y patrones únicos. Sin embargo, la manipulación genética para obtener estos fenotipos puede tener consecuencias negativas en la salud de los animales. Las prácticas para lograr ciertos colores, como el merle o el lilac, a menudo involucran cruzas selectivas que aumentan el riesgo de enfermedades genéticas y problemas de salud en estos perros. Es crucial recordar que todos los seres vivos tienen derecho a una vida saludable y digna, y que la búsqueda de características estéticas no debe comprometer su bienestar. Pero primero y nunca debemos olvidar su derecho a la vida, que implica también nacer, reproducirse y morir. Es responsabilidad de los criadores y amantes de los bulldogs franceses promover la crianza ética, y priorizar la salud y felicidad de estas adorables mascotas.